Zaragoza, 18 a 21 de mayo de 2011INFORMACIÓN SOBRE COMUNICACIONES ORALES Y PÓSTERES ACEPTADOS
Comunicación oral nº 85. Tema: Patología urológica y nefrouropatología
Adenocarcinoma uracal de vejiga urinaria: A propósito de un caso y revisión de la literatura
X Bernal Escoté, A Elguezabal, M Gené Hijós, L Boutayeb, E Mayayo Artal, JJ Sirvent Calvera
Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona
xanabernal@gmail.comIntroducción:Los adenocarcinomas primarios de vejiga urinaria suponen el 0,5-2% de los tumores vesicales. De éstos, sólo un tercio corresponden a adenocarcinoma del uraco. Se presentan en la 5ª-6ª década de la vida (10 años antes que los adenocarcinomas de vejiga no-uracales), existe un ligero predominio por el sexo masculino (1,8:1) y su localización más frecuente es la cúpula vesical. El síntoma más común es la hematuria, seguido de dolor, síndrome miccional y mucosuria (sobretodo en la variante mucinosa) Los adenocarcinomas de uraco pueden subdividirse en mucinosos, entéricos, con células en anillo de sello y mixtos.
Material y métodos:Presentamos el caso de un paciente varón de 69 años, fumador, que presentaba hematuria y que por uretrocistoscopia se identificó una tumoración de 1,5 cm en cúpula vesical. Se realizó RTU vesical y posteriormente cistoprostatectomía radical con linfadenectomía ileoobturatriz. Los TACs torácico y abdominal y la colonoscopia descartaron la existencia de neoplasias en otras localizaciones.
Resultados:En la RTU de la lesión se observó una neoformación de patrón glandular que ocupaba la mayor parte del material recibido, constituido por células mucosecretoras con pleomorfismo nuclear, acompañado de abundante material mucoide y áreas de necrosis, que infiltraba el estroma, por lo que se diagnosticó de adenocarcinoma mucosecretor. La pieza de cistoprostatectomía radical mostró, en la cúpula vesical, una zona redondeada de fondo hemorrágico correspondiente a RTU previa, en la que se observó tumor residual sólo en el espesor de la pared y que no tenía continuidad con el posible trayecto uracal. El resto de la mucosa vesical, la próstata y las vesicales seminales no presentan alteraciones remarcables. Los ganglios fueron negativos. Por la localización del tumor (cúpula) y la no existencia de neoplasias o componentes glandulares, tanto en el resto de la vejiga urinaria, como de otros órganos, se consideró un origen en restos uracales.
Conclusión:Es importante remarcar la poca frecuencia de este tumor. Son tumores que suelen presentarse en estadios avanzados, con un comportamiento biológico muy agresivo, por lo que el pronóstico es infausto (supervivencia a los 5 años del 11%) Aunque el tratamiento de elección en los adenocarcinomas vesicales es la cirugía radical, en el adenocarcinoma uracal puede realizarse una cistectomía parcial con márgenes amplios. Hay que hacer un diagnóstico diferencial con otros posibles orígenes, como tracto digestivo, próstata, mama y ovario, ya que la actitud terapéutica puede ser distinta.
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© SEAP. Sociedad Española de Anatomía Patológica | Actualizado: 11/06/2011 |